Desde luego, no sé si remitiros directamente al psiquiatra o anunciar esta historia como la que potencialmente pudo emocionar a Steven Spielberg. Porque, joder, la historia de un niño que se dedica a quemar toda su casa entera mientras está su primo dentro durmiendo es cuanto menos maravillosa. Amigos, ¿sabéis que podéis llevar a cabo charlas en directo aquí en estéreo? Lo digo porque este formato, con fondo ***** y tan sesgado, se queda un poco pobre, ¿no creéis?