Madre mía, menudo paseo que te estás pegando con la moto de agua. En caso de que sea tuya, claro, si es de otra persona, pues ya tendré envidia de ella. En fin, dicho esto, playa o piscina. Lo paradójico es que los que vivimos cerca de la costa, muchos acabamos prefiriendo la piscina. ¿Por qué? Pues porque la playa ya la tenemos muy vista, entonces en mi caso en particular me quedo con la piscina. Aunque me encanta la playa. Eso tampoco hay que negarlo.