Yo siempre digo lo mismo. Toda pizza que no lleve piña encima yo creo que me puede gustar perfectamente. Si bien es cierto que, por ejemplo, la clásica pizza barbacoa tampoco es que sea santo de mi devoción, me la puedo comer perfectamente, pero la salsa barbacoa, ¡buf!, se me hace bastante empalagosa, sinceramente. A mí me gustan especialmente las pizzas que van bien cargadas de carne, con pepperoni, con jamón york, con bacon, con ternera especiada, con pollo... Ese tipo de pizzas, de pecado carnal.