La cuestión de fondo más bien sería hasta qué punto la voluntad de Dios estaría presente en nuestras vidas, es decir, si este nos hizo libres completamente, al menos en la teoría, debería regirse únicamente por la observación, dejando que los acontecimientos surjan por sí solos, tanto para bien como para mal, más por otra parte algo muy diferente sería el orar para que este nos tienda la mano en momentos de necesidad.