Nada de no الع Harris Tampoco badegra ni eloqüentes categorías etarias Todo lo que sigue va a idiotas Asi, nada de x, y, z Nada de millenials baby boomer, silent generation o narrativos digitales Hemos hablado en esos términos hasta las diez Hemos establecido cortes temporales Should E- swipe em- n countless Y al final no hemos sido capaces de decir nada interesante, en realidad Todo resultó demasiado obvio, nos lanzamos a la casa de las diferencias justo por donde éstas se veían más claras. Nuestro mundo adora la diferencia.

Podemos verlas en todas partes, aun cuando nos hacen perder de vista la imponente desdiferenciación que homogenizaba a las mismas generaciones que no dejábamos de bautizar con letras y términos grandilocuentes, tratando de aprender sus particularidades.

con origen hablar el cambio es el idiota pensemos al idiota como principio homogenizador las generaciones se encuentran a menudo precisamente en ese punto el idiotismo x y z todos pueden ser idiotos ¿es acaso el idiotismo el signo de una metageneración?

¿Una fundación de las generaciones? Una especie de orriculente monstruo compuesto, ya no por una infinidad de individuos, ni por una infinidad de idiotas? ¿O es acaso el idiotismo el punto de llegada de la lucha de las generaciones? ¿Constituye el idiotismo más bien, una sociedad sin generaciones?

¿Es el devenir generacional que concluye su movimiento diélectico en la figura del idiota? ¿O simplemente el idiotismo será una marca transgeneracional propia de nuestra posmodernidad? Esto último es especialmente relevante. La generación idiota es una transgeneración degenerada.

¿Cuál es el modelo de esa transgeneración, la adolescencia? Hoy todos podemos ser adolescentes, de la misma manera que todos podemos ser mujeres o que todos podemos ser hombres. Y que todos podemos ser lo que nos venga y gane, sin importar nada más que nuestros deseos.