Obviamente no vamos a hacer sentir mal, o sea, aceptamos una persona que esté confundida, como hace Jesucristo, pero obviamente le decimos, mira, ok, yo estuve en algún momento, ironía igual que tú, o un familiar mío estuvo igual que tú, pero nos quita que la realidad es una mujer para un hombre y un hombre para una mujer, el órgano que Dios te dio originalmente es tu identidad, y nuestra identidad es Dios.