Pues mira, una cita ideal, perfecta, o sea, mi cita perfecta comenzaría al atardecer en una terraza con vistas al mar. Nos sentaríamos en una mesa iluminada solo por velas. El ambiente sería suave, con un toque de música de fondo, tal vez jazz o música suave, ¿sabes? Degustaríamos vino, intercambiaríamos historias, risas, miradas...