Lo bien que me vendían a mí esos brazos para hacer las tareas de mi casa, ¿eh? Vamos, vamos. Ya no hablo de las caderas, que uno también las desea, pero la cantidad de brazos, eso, a mí me vendían muy bien. Sobre todo a mi madre también, ¿eh? A mi madre más que a mí, pero bueno. Pero qué movimiento más sexy, de verdad. Yo muevo así la cadera y me tengo que ir al hospital, porque me he descoyuntado la cadera.