Absolutamente. Si bien es cierto que no tiene por qué afectar a todo el mundo, pero en términos generales así es, vivimos en un mundo muy, muy superficial. Más luego tengamos en mente que en redes sociales siempre lo que ofrecemos es esa falsa imagen de perfección, diversión y felicidad constante que directa o indirectamente nos acaban afectando a los demás, ¿no? Esa constante comparativa con la vida de la persona ajena. Entonces, sí, todo es mucho más superficial.