Arto de estar toda la semana levantándote temprano, casi a la luz de la luna, casi cuando aún duerme el gallo y tu cuerpo está a punto de darse un desmayo. Arto de pasar todos los días con ganas de echarte la siesta desde que el sol salía, no te preocupes porque llega el viernes. Si no pasa nada porque una vez llega el viernes te toca quedarte en casa. Admitelo tío, no tienes ningún puto plan y te vas a quedar viendo una **** serie porque estás viejo o vieja.

¡Ay! ¿Cómo lo has sabido? ¡Hola! ¡Soy tu abuela! ¿Qué haces por aquí, hijo mío? ¿Qué estás haciendo por acá? ¡Qué divertido! ¿Verdad? Estamos todos por aquí, encantados de escucharte. La familia, estamos todos encantados de escucharte. ¡Ay, Dios mío! Tu abuela, la vieja, está ya muy belleza.