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Hola, bueno, este, hoy quería contarle un anécdota que pasó, donde yo tenía demasiado tiempo sin ponerme nerviosa por una persona. Demasiado. Bueno, y más en el tipo de ambiente que estaba. Y pues pasó, o sea, de verdad fue increíble porque nunca me había atrabado al hablar tanto. Jamás, jamás, jamás. No sé, fue muy raro pero dije, tengo que contarlo porque es algo que, bueno, es una, creo, yo diría que es oficialmente la anécdota donde más nerviosa he estado. De verdad, me sentí horrible y simplemente al hablar me trababa. Me puse demasiado nerviosa. El contexto es que la persona que me gusta me habló. Entonces fue como el boom. No sé si a ustedes les ha pasado. Bueno, supongo que sí, pero alguna anécdota que tengan que los haya puesto muy nerviosos o nerviosas.
Sí, a veces sí llega a pasar la ditza. Yo también tardaba muy bien alguna vez con una chica. No me expresaba bien y era muy torpe al hablar. Pero es divertido, ¿no? Porque crees la vida sin un poco de ironía. Entonces, pues bueno, al menos tengo la bendición de haberlo vivido.
estuve muy nerviosa cuando me subí a la montaña roja a la montaña rusa roja del parque de la costa porque te subís y va despacito despacito para atrás despacito y es como que están mentalizando que después te larga con todo de una de allá arriba y como va tan despacio te da unos nervios y encima me temblaba la pierna de los nervios y después te larga