🍪 En cliquant "Ok", vous acceptez le stockage de cookies sur votre appareil afin d'améliorer la navigation sur le site, d'analyser l'utilisation du site et de nous aider dans nos efforts de marketing.
A mí me encantaría ir a bailar, incluso estoy con un hambre de baile últimamente, pero la realidad es otra. En casa, jugando la play en el tiempito libre, básicamente. Es que después salís y al otro día andas matada, boluda. O sea, ya tenemos unos añitos arriba.
Nah, ñaí, somos unas bebecitas todavía. Es verdad, sí, después andás matadísimo. Pero bueno, capaz que vale la pena, yo qué sé. Hay que disfrutar la juventud, la vida es ahora. Arre, le daba para adelante y no salía ni en la esquina después. Pero sí, podemos hacer algo entre nosotros así, medio tranqui. Tranqui, pero bailongo.
Pues… depende. Yo, por ejemplo, nunca he sido de ir a discotecas, por el mero hecho de que no me gusta tener que estar gritándome con la persona a la que tengo al lado, ya que no puedo escuchar mi propia voz ni ella a mí. Pero sí que me gusta bailar, de vez en cuando. Depende de qué música también, porque ni reggaetón, ni trap, ni prácticamente ninguna música comercial actual me gusta bailarla, y tampoco me gusta escucharla, pero de cuando en cuando sí que me gusta mover un poco de esqueleto.