Bueno, vamos a ver, yo para empezar no tengo canción favorita. Tengo artistas favoritos, tengo bandas favoritas, pero canción favorita, ¡buf! No podría quedarme con ninguna. Literalmente me sería completamente imposible. Por lo que también, de cara a mi estado de ánimo, tampoco suele variar mucho la música que yo escuche. Yo escucho la música que me gusta y punto, independientemente de cómo me encuentre. Si bien es cierto que a lo mejor cuando estoy triste evito escuchar baladas, pero más allá de eso, todo sigue igual.