Todo el mundo tiene algo que opinar, algo que decir, a veces imponer. Todos hemos hablado a una mascota, todos hemos compartido en una clase una exposición, en una cena, una charla, un cuento, a un niño. Hemos comentado con alguien mayor algo que nos preocupaba. Hemos dicho a una pareja, te quiero. Le hemos dicho a una madre o a un padre, gracias. A veces discutimos, las palabras no suelen ser agradables en esas ocasiones, pero hay muchas en las que sabemos llegar al corazón. Lo importante es cómo hablamos a los demás, cómo llegamos a atravesar esa barrera que impone cuando una persona recibe un comentario. No es lo importante de lo que se habla, sino cómo se dice. Y la cuestión está en si tú te sabes hacer escuchar.