Eleanor Roosevelt dijo, nadie puede hacerte sentir inferior si tú no lo permites. Si bien es cierto que no controlamos los pensamientos de los demás, también es cierto que nosotros deberíamos de tener la capacidad de que dichos pensamientos ya verbalizados no nos afecten, cumpliendo una serie de criterios como, por ejemplo, su aporte, su intención y su utilidad.