No lo digo yo, lo dice Calamario.

Sinceramente, y pensándolo muy fríamente, ¿quién en su sano juicio votaría por ser guapo pero ser pobre? ¿Qué tendría que ver la belleza con el hecho de que no puedas siquiera subsistir y tengas que vivir en la más absoluta indigencia? Evidentemente prefiero ser rico aunque sea feo, ya que hablamos de dinero, que por muy repugnante que sea y no tenga por qué darnos la felicidad, es nuestro principal sustento a efectos de subsistir en sociedad. Ya está.

Guapo, pero feo. Está bien para mí, porque tener un feo, pero que sea millonario, es como que querer el dinero, no la porción.