Al final, tengamos en mente el hecho de que, a raíz del surgimiento de lo que hoy denominamos narrativa conceptual, se han llevado a cabo historias cuanto menos grandilocuentes. Tenemos claros ejemplos, como el caso de los abonados del FSE o cómo convertirse en chotacabras. Entonces, amigos, sumaos a la narrativa conceptual. Es un mundo maravilloso.